Concepción Cabrera de Armida
Por el Espíritu Santo, Jesús se ofreció a Sí mismo
inmaculado a Dios, para nuestras almas, y ese divino Espíritu,
hizo que Jesús escogiera la muerte de cruz. Llegó la hora de su dolorosa
pasión, recibiendo Jesús odios, ingratitudes y traiciones a cambio de su
amoroso sacrificio. Sin consuelo, sin alivio, sin refrigerio, sin un corazón
amigo que lo acompañara, y con el peso inmenso de todos los pecados del mundo,
sudó sangre este Jesús adorado, y voluntariamente se entregó a sus enemigos y a
todos los insultos, a todas las crueldades. . . Sé dejó azotar y coronar de
espinas, siendo burlado y pospuesto a Barrabás, humillado y despreciado!
¡Pobre Jesús de
nuestras almas! Desangrado y hecho una llaga, escuchó su sentencia de muerte;
cargó la cruz de nuestros pecados cayendo tres veces bajo su enorme peso, y por
fin, hecho pedazos su adorable cuerpo, llegó al Calvario y Él mismo se extendió
sobre la Cruz ofreciendo al Padre su inmolación para abrirnos el cielo.
Ahí nos perdonó
excusándonos: ahí ofreció el paraíso, y nos dio a María por madre: clamó al
cielo en su cruel desamparo. Tuvo sed de amor. De virtudes, pureza, sed de
nuestras almas, hijas de la Alianza y no
habiendo ya más tormentos que sufrir por nosotros, exclamó: “Todo está
cumplido”, entregando su espíritu en
brazos de su amoroso Padre.
Murió Jesús para
darnos la verdadera vida, para suavizar nuestras penas con sus martirios, para
hacernos felices eternamente.
El Espíritu Santo le infundió la divina energía para
sufrir, y a ese divino Espíritu debemos
ocurrir en todos nuestros calvarios. La Naturaleza rechaza el sufrimiento, pero
el Espíritu Santo da la gracia
comunicándonos la fortaleza necesaria para padecer con amor y constancia las
penas del destierro.
Este mes, las hijas de la Alianza, nos comprometeremos a meditar
diariamente en la pasión de nuestro Jesús y en los dolores de María, pidiendo
al eterno Padre que reciba nuestras amarguras a favor de la Iglesia de México,
y por la salvación de los niños de nuestra patria.
Nos abstendremos de
diversiones, ofreciendo además algunas mortificaciones en reparación de tantas
y tantas ofensas hechas a nuestro Jesús.
Oiremos la santa misa
penetrándonos de las meditaciones siguientes:
MEDITACIONES PARA OIR
CON FRUTO
LA SANTA MISA
- El Sacerdote llega al pie del
altar: Jesús entra al Huerto de los
Olivos.
- Confíteor: Oración y agonía de Jesús postrado en tierra; sudor de Sangre.
- El
Sacerdote sube las gradas del altar y lo besa: Jesús sale al encuentro de sus perseguidores; traición de Judas
por un beso.
- El
Sacerdote pasa al lado de la epístola: Jesús
atado, es conducido a casa de Anás,
después a casa de Caifás.
- Introito: Un criado del gran sacerdote, da una bofetada a Jesús.
- Kiries: San Pedro niega tres veces a Jesús en casa de Caifás.
- Dominus Vobiscum: Jesús se vuelve a san Pedro, lo mira y
lo convierte.
- Oraciones: Jesús recibe en casa de Caifás ultrajes indignos.
- Epístola: Jesús es acusado falsamente delante de Pilatos.
- El Sacerdote pasa al lado del
Evangelio: Jesús es conducido al
Palacio de Herodes.
- Evangelio: Humillaciones de Jesús delante de Herodes y de su corte.
- El
Sacerdote vuelve al centro del Altar: Jesús
es llevado nuevamente al Pretorio de pilatos
- Credo: Jesús afirma ante sus jueces su misión divina.
- El
Sacerdote descubre el cáliz: Los
látigos de la flagelación, desgarraron el santísimo cuerpo de Jesús.
- El
Sacerdote cubre el Cáliz con la palia:
Los soldados colocan la corona de espinas sobre la cabeza de Jesús.
- Lavabo: Pilatos se lava las manos antes de condenar a Jesús.
- Orate Frates: Pilato presenta a Jesús al pueblo
¡Hecce Homo!
- Prefacio:
Jesús es condenado a muerte, en
medio de los gritos de la multitud contra Él, se carga con la cruz.
- Santus: Toque de la campanilla: señal de la partida para el Calvario.
- El Sacerdote reza en voz baja; Jesús sube dolorosamente la montaña.
- El
Sacerdote extiende las manos sobre el Cáliz y la Hostia: Jesús tendido sobre la Cruz, atraviesan
los clavos sus manos y sus pies.
- El
Sacerdote eleva la Hostia y el Cáliz: Jesús
es levantado en la Cruz, la sangre brota por todas partes.
- El
Sacerdote sigue rezando en silencio: Jesús
sufre en la Cruz indecibles tormentos.
- El
Sacerdote se da un golpe en el pecho: El
buen ladrón implora la misericordia de Jesús.
- Al Padre Nuestro: Las siete palabras de Jesús en la Cruz.
- El Sacerdote divide la Hostia: Jesús espira.
- El
Sacerdote pone una partícula de la Hostia en el Cáliz: El alma de Jesús baja al seno de
Abraham.
- El Agnus Dei: La multitud huye espantada golpeándose
el pecho.
- El
Sacerdote comulga: Bajan el cuerpo
de Jesús de la Cruz y lo ponen en el sepulcro.
- El
Sacerdote cubre el Cáliz: Se coloca
una piedra a la entrada del sepulcro de Jesús.
- El
Sacerdote pasa al lado de la Epístola: Resucita
y sale triunfante del sepulcro.
- Dóminus Vobiscum: Jesús aparece a sus discípulos.
- Ite Misa est: Jesús sube al cielo.
- Bendición: El Espíritu Santo desciende
sobre los Apóstoles.
- Último Evangelio: Jesús nos prepara un lugar en el cielo
ORACIÓN
¡Oh Jesús mi divino redentor! Dígnate
aceptar el deseo de unirme
a todas las misas que se celebran en el mundo entero.
a todas las misas que se celebran en el mundo entero.
¡Dios mío! Creo en Tí, porque eres
la verdad misma.
¡Dios mío! Espero en Dios porque eres
infinitamente bueno y fiel en tus promesas.
¡Dios mío! Os amo, porque eres
soberanamente amable,
y amo a mi prójimo como a mí mismo, por amor a Ti.
y amo a mi prójimo como a mí mismo, por amor a Ti.
JACULATORIA
Virgen de los Dolores,
para mi eterna calma,
permíteme llorar cuando tú llores
y no apartes los ojos de mi alma.
Tomado del Libro: Hojitas de Retiros mensuales para la Alianza de Amor
Marzo
de 1934